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Belcanto se encuentra en el estiloso barrio del Chiado, junto al Barrio Alto de la capital portuguesa, en un espacio elegante con raíces históricas (bóvedas de ladrillo, techos altos) y guiños actuales (cocina vista, cuadros...). Cuenta con dos Estrellas Michelín y está posicionado en la lista 50 Best Restaurant en el número 42; distinciones que sin duda merece.
En el local donde hace años surgió el mítico Sudestada, pionero de la cocina fusión en Madrid, renace ahora Chifa (tras unos años en los que ambos restaurantes convivieron, a tan solo una calle de distancia, y el posterior cierre provisional de Chifa en 2017). Ahora vuelve con fuerza y siendo más fiel que nunca a su propio nombre, ya que Chifa es como se denomina a las recetas peruanas con influencia china. De entre los platos clásicos de Sudestada han recuperado, por ejemplo, el “Curry rojo de carrillada de vaca” (realmente sabroso y con la carne tiernísima), los …
En Majadahonda nos encontramos con este lugar humilde pero sorprendente, con un producto de mucha categoría. El boca a boca, y la ayuda de las redes sociales, han conseguido dar una fama merecida a un pequeño local junto a la Carretera del Plantío. Allí, el chef Lucas Vega se basa en producto de temporada y en buenos proveedores para desarrollar platos clásicos, con alguna pequeña vuelta de tuerca y ligeras influencias asiáticas. El resultado es excepcional, lo que hace que compense una sala sin demasiadas aspiraciones.
Ubicado a escasos minutos del histórico pueblo medieval de Sigüenza, nos encontramos con un antiguo molino harinero del siglo XIV restaurado y reconvertido en un idílico hotel: uno de los pocos en España con la denominación Relais and Châteaux. Además, el pasado noviembre su restaurante obtuvo una Estrella Michelín. Junto a un cuidado salón, en el que el molino original está perfectamente integrado entre los sofás y la bodega, se encuentra el comedor principal de este restaurante, con un estilo rústico y una baja iluminación que, sin embargo, lo alejan de la mencionada Estrella.
En la calle Recoletos, junto a la reubicada Taberna Pedraza y frente al clásico asador Pelotari, nos encontramos con Noi.. La propuesta la lidera el chef Gianni Pinto y la respalda el "Grupo El Pradal". El local, sin duda, es atractivo: varios ambientes y salones en los que imperan los colores rojos y verdes. Y la carta, sobre el papel, parte de la tradición con toques innovadores, aunque el resultado no nos acabó de convencer. Como entrantes, la “Panacotta ahumada, anchoas y trufa negra” es original, pero falta de sabor.…
El “Don Lay” ubicado en la zona del Paseo de Extremadura, se ha juntado con nuevos socios que le han permitido una clara mejora de local (en pleno María de Molina esquina con Castelló), siendo ahora un sitio de moda colorido, con cocina abierta y barra para copas. Para comer, una carta corta pero contundente, entre la que destaca el “Pato laqueado”. Gran y primer fallo, por tanto, al comandarlo y hasta pasados varios minutos que no nos avisasen de que se les había acabado (un martes a las 21:30 h). Compensamos su falta, sin embargo, con unos deliciosos “Dim Sum de …
En pleno barrio de Las Salesas se ubica Regañadientes, un restaurante abierto hace escasos meses que ofrece una propuesta muy interesante de cocina mexicana revisitada mediante el uso de producto de alta calidad que varía en función de temporada. El chef Abel Martelloti (con extensa experiencia como jefe de cocina de Goizeko Wellington, y estancias en Zuberoa y en México) es el encargado de diseñar una carta con base mexicana y algunos toques madrileños. En cuanto al producto, se provee de la mejor materia prima gracias a sus contactos previos en su etapa en Goizeko, lo que garantiza una altísima calidad.
En plena Plaza de Armas de Cuzco visitamos la cocina Nikkei (peruana con influencia japonesa) en el restaurante Limo. Al entrar encontramos la barra, de frente algunas mesas que dan a la propia plaza, y a la izquierda una sala discreta en tonos madera. “Cóctel Limo” y “Tiradito japonés”
José del Castillo, chef de este restaurante, explica que “la cocina limeña es, en esencia, casera, sincera, sin adornos”. De esa forma, en pleno barrio bohemio de Barranco encontramos Isolina, una casa de comida criolla, mezcla de influencias española, andina, china y africana. Con mucha rotación de clientes y un estilo desenfadado, se presentan apetitosos platos en raciones súper generosas y a precios muy comedidos.