“Umo” es, sin duda, una de las grandes aperturas del año que, además, sorprende doblemente al tratarse del segundo restaurante del recién creado “Experience Group”. El primero es “Carbón Negro”, también de grandes dimensiones y ambición.

En este caso, lo que ellos califican como “Casa de comidas del Japón” es un inmenso escenario de 400 metros cuadrados (esquinazo entre Castellana y General Martínez Campos) de techos muy altos, música a volumen alto, una grandísima barra y varios espacios (abajo, la parte más grande y luminosa con mesas y barra de sushi, arriba una zona algo más recogida).

Como capitanes del barco, dos grandes chefs: Hugo Muñoz (ex-Kabuki) para la parte de sushi y Mariano Barrero (ex-Filandón) para platos calientes y al mando de la robata (parrilla japonesa). Gran apuesta que consigue muy buenos resultados.

En esta ocasión empezamos por un curioso “Edamame picante a la parrilla” y un riquísimo y suavísimo “Sashimi de pescado blanco del día” (aunque en nuestra opinión el alga no era necesaria). Correcto también el “Tartar de toro con yema de huevo de corral y jengibre fresco”.

A continuación, la “Gyoza de pintada bresse en pepitoria y foie-gras” -con sabor al guiso tradicional de toda la vida, pero en versión japonesa-. Y la “Berenjena japonesa en tempura, curry, pimentón de la Vera, miso y sésamo”: fusión con sentido y con excelente resultado.

El capítulo más ortodoxo de la cocina japonesa logra el sobresaliente, tanto con el “Nigiri de sardina parrocha y Umo” como con el de “Vieira y yuzu”. Algo más previsible aunque también rico el de “Foie y manzana”.

Respecto a la Robata pudimos probar las magníficas calidades y sabores tanto del “Bacalao negro macerado en miso y sake” como la “Picaña curada de cárnicas Lyo con arroz salteado de shitake y rúcula”.

Como fin de fiesta, imprescindible, su “Tarta de queso japonesa del tío Rikuro”: buenísimo el toque cítrico, mezclado con suavidad con el sabor a queso y una textura casi de bizcocho. Muy original y adictiva.

Y qué mejor manera de poner el cierre que probando alguno de los cócteles que Carlos Moreno (ex-StreetXO y actualmente en Carbón Negro, el Grupo Larrumba y Catarsis) ha diseñado para la ocasión (aunque especialmente recomendamos su “Bloody Umo” para iniciar la comida).

Una pena que el servicio, por el momento, ande sobresaturado, con repetidos fallos y cierto desorden. Confiamos en que este punto mejore con el rodaje.

En conclusión, estamos ante un restaurante magnífico: cocina de mucha calidad, decoración y sala espectacular, ambiente muy animado ideal para ir con amigos/as y una carta original (con esa mezcla perfecta entre comida japonesa purista, platos de fusión y final con la robata) que te atrapa y te invita a volver.