EFÍMERO [Cerrado permanentemente]

En la planta alta del restaurante Pointer nos encontramos con un espacio -y concepto de restaurante– completamente distinto (techos de los que cuelgan hojas), con referencias al tiempo (relojes de arena) y en el que cada momento que pasa es único.

En base a esto articula su propuesta el joven chef Joaquín Serrano Jiménez: con una carta escrita a mano cada día en función de lo mejor del mercado. De hecho, ni siquiera cuentan con congelador.

Sus productos: frescos y de calidad (con proveedores de renombre). Y su cocina: de respeto a las esencias y con maneras francesas.

Restaurante Efímero

En nuestro caso, y gracias a la magnífica oportunidad de poder pedir todo en medias/ tercios o incluso cuartos de raciones, comenzamos con unas “Almejas babosas al natural”: espectaculares.

Continuamos con un “Pargo semicurado, huevas de trucha y encurtidos”, rico, y una “Toriija salada con caldo ahumado de cebolla” (curiosa y acertada combinación).

La cena siguió mejorando con el “Salmonete a la brasa”, espléndido, las “Fabes estofadas, faisana, trompetas y castañas” (guiso intenso y con gran sabor), y el “Pichón a la brasa, salsa perigord y chantarellas” (punto inmejorable del pichón, parmentier de patata que acompañaba con, quizá, excesivo sabor a mantequilla).

Restaurante Efímero

De postre, un impactante panal del que extraían la miel al natural y que acompañaba a una crema catalana. Y por cuenta de la casa: pre-postre y petit fours.

Muy buenas sensaciones en este restaurante casi recién abierto, y en donde no solo la cocina, sino la sala (con mesas y barras) y los vinos, redondean una experiencia muy interesante y que sin duda promete.

Restaurante Efímero

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