Restaurante brasileño famoso por sus carnes, muchas de ellas traídas de la Hacienda Rubaiyat que tienen en Brasil. Cuentan con distintos tipos de cortes (Baby Beef, Bife de Chorizo, Fraldinha, Picanha, Solomillo alto…) y razas (Tropical Kobe Beef, Brangus, Wagyu…), así como entrantes variados y pescados para los no carnívoros.

Local amplio -algo desangelado para nuestro gusto- y decorado sin mucha personalidad (se podría confundir con algunos de los nuevos locales de la reformada cadena “La Vaca”).

En cuanto a la comida, nosotros comenzamos con unos buenos aperitivos (pan de queso, aceitunas y crema de puerros), un rico “Huevo cocido con crema de espárragos y trufa” (buena opción como entrante por su sabor y melosidad), y continuamos con unas “Mollejas de corazón a la parrilla” (muy grasosas y con un acompañamiento de patatas suffles muy repetitivo, teniendo en cuenta que casi todos los segundos lo llevan) y un corte de “Picanha Summus” (gran decepción al encontrar una carne muy dura y seca, que posteriormente cambiaron defendiéndose en la peculiaridad de los cortes).

No dudamos de la calidad del restaurante (muy valorado por los amantes de la carne), pero nuestra experiencia fue un tanto agridulce. Aunque nos trajeron otra pequeña pieza para demostrar que lo anterior había sido un fallo y pudiésemos probar su producto, creemos que cuando un plato de carne cuesta entre 30 y 55 euros, como sucede en Rubaiyat, las piezas deberían estar a la altura y ser excelentes.

Por tanto, buen restaurante si decides gastarte un ticket medio de 60-70€ por persona para comer buena carne. Eso sí, te recomendamos que avises cuanto antes en caso de que no esté como debería.