A tan solo media hora de Madrid nos encontramos este caserío en el que, tanto en los jardines en verano, como junto a su chimenea en invierno, la desconexión de la ajetreada vida de ciudad está asegurada.
En sus salones, elegantemente decorados y con referencias a escudos, ventanales de madera y sillares, te sentirás arropado por la historia.
Y en relación a esta historia que desean mantener viva, encontramos uno de sus platos esenciales: el “Solomillo Wellington” (cuyo nombre proviene del primer Duque de Wellington quien, maravillado por este plato, lo solía poner en sus recepciones y banquetes). Esta receta se realiza envolviendo el solomillo en foie y hojaldre y asándolo al horno. En Normandie Ondarreta, el simple hecho de cortarlo y captar los aromas ya hace que la visita merezca la pena.
De su cocina, con referencias vascas y francesas, destacamos también el “Nido de calabacín con ensalada de bogavante”, el “Paté de perdiz al Armagnac” o las “Ancas de rana”. Asimismo, recomendamos preguntar por los fuera de carta ya que siempre puedes encontrar agradables sorpresas. Para finalizar, imprescindibles sus “Crêpe suzette” realizadas en el momento delante del comensal.
Junto al restaurante, el Grupo Ondarreta cuenta con varios salones más amplios en los que se celebran bodas y eventos, así como otro restaurante localizado en Las Tablas, un pabellón en la Casa de Campo y un servicio de catering.
Buen lugar, por tanto, en el que desconectar, probar una cocina clásica pero cuidada y disfrutar de un servicio amable y acogedor en un entorno rústico privilegiado.