Ubicado en el barrio de Retiro, este asturiano de los mismos dueños que Carlos Tartiere siempre se encuentra repleto de gente con ganas de disfrutar de cocina asturiana clásica y bien elaborada.
El local está distribuido en dos partes: una primera que recuerda a una taberna (con mobiliario de madera y una gran pizarra que enuncia sus especialidades), y un comedor al fondo algo más tranquilo.
Para comer dispones de gran variedad de entrantes: cabrales, empanadas, lacón, fritos de pixín, ensaladas o puddding de cabracho (destacamos el “Pulpo a la brasa con huevos rotos y aceite de pimentón”); guisos: fabada asturiana, fabes con rape, callos…; arroces como el “Rissotto de arroz negro con chipirones, gambas y alioli de Azafrán” (en este caso ni el punto del arroz ni el sabor nos acabaron de convencer); platos “De la Tierra” (por ejemplo el “Entrecotte de vaca vieja” o el “Rabo de toro”, ambos correctos aunque sin destacar) y platos “Del Mar lo mejor” (probamos la “Merluza a la sidra con manzana y almeja fina” con buen producto pero, en nuestra opinión, mal acabado ya que la salsa de tomate deslucía el plato).
Precios medios, buen producto, ambiente clásico pero animado y una carta extensa (con altibajos), hacen de Couzapín un buen sitio para beber sidra y comer platos tradicionales asturianos.