Este local especializado en ramen, nombre con el que se designa a la sopa de fideos de origen chino y adaptada posteriormente a los gustos japoneses, lleva en pie desde 2014 con John Husby (chef) y Lorena Mauri (jefa de sala) al frente. Y lo hacen ofreciendo una cocina personal basada en el estilo Chuka, esto es, la versión japonesa de la comida china que nació fruto de la adaptación que hicieron los inmigrantes chinos cuando llegaron a Japón.

De hecho, el espacio recuerda a una antigua taberna japonesa, con una impactante imagen en el fondo, donde tanto la barra como sus mesas altas de madera se comparten con otros comensales, lo que se traduce en un local pequeño pero bien aprovechado.

Para comer comenzamos con su “Bao bun de cangrejo de concha blanda” (pan taiwanés al vapor con cangrejo en tempura cubierto por una salsa algo picante): rico.

De ramen probamos uno de sus clásicos, el tradicional “Tokio Shoyu Circa 1900”, realizado con consomé de pescado y marisco, chashu de pollo (o panceta), bambú asado, setas smeji y huevo. Buen sabor del caldo y buena calidad de ingredientes. También probamos otra modalidad algo más innovadora con el caldo separado: el “Tonkotsu Tsukemen”, que nos convenció algo menos (demasiado picante para nuestro gusto, así como noodles excesivamente melosos).

En carta también cuentan con Gyozas y algunos platos de temporada en los que introducen cierta innovación.

De postre nos decidimos por unas “Fresas con espuma de Sake”, aunque a nuestro parecer tenía poca fuerza el Sake.

En resumen, opción interesante para tomar ramen y baos a precios moderados y en espacio informal con encanto.