Hace escasos meses ha abierto un nuevo restaurante basado en el mítico bocado de las zonas costeras de New England en los inicios del siglo XX (entre Nueva York y Canadá).
Para ello, traen el bogavante de allí, preparan brioche casero y mantienen las recetas originales.
Comenzamos con su “Sopa de almejas”, siendo una especie de vichyssoise caliente con trocitos de bacon y almejas, ideal para días fríos. Seguimos con su plato clave, el “Lobstar Roll”: sabor a mantequilla y dulzor del brioche, toque picante de la mayonesa junto con la textura del bogavante: buenísimo (normal que fuese plato icónico en EEUU). Y acabamos con un “Cider donut”: textura más de cookie o tarta con canela, para golosos.
Aparte, en su carta ofrecen otros apetecibles platos del “Casual seafood”: “Rolls” (de gambas, cangrejo o langostinos) así como una original “Hamburguesa de pez espada”.
Todo ello, en un local decorado con estilo industrial (ladrillo visto, canastas de la lonja, focos pesqueros y otros detalles curiosos) y una música años 60, hacen de este restaurante un sitio informal y divertido en el que probar algo diferente.