Hace ya varios años que conocimos por primera vez Montia y ya desde sus inicios le vaticinábamos un espléndido futuro. Comenzaron ofreciendo un menú degustación por 35€ que, calidad/ precio, era imbatible. Años más tarde, ya consolidados y con una Estrella Michelín, siguen ofreciendo unos menús a precios moderados (45-60-65€), manteniendo siempre su esencia.
Se trata de una cocina de Km 0, donde casi todos sus productos tienen su origen en el huerto y la Sierra de Guadarrama. De hecho, pudimos comprobar como uno de los chefs y dueños, Daniel Ochoa, salió al finalizar la comida con sus botas, preparado para ir a buscar setas al monte.
Además, en Montia las tradiciones se mantienen: tanto culinariamente hablando (los guisos y las elaboraciones con fondos de nivel siempre están presentes), como ciertas costumbres: los “intermedios” entre platos principales que les permiten ensayar pequeñas genialidades como, por ejemplo, el “helado de setas”. Destacamos también su famosa “Tabla de quesos” (todos procedentes de la zona), en el pre-postre, acompañada de su mini-botella de “coca cola”, o los callos que siempre se pueden incluir en el menú largo. Un detalle que nos encanta es que los cocineros específicos que han preparado cada plato salgan a explicarte sus elaboraciones.
El local es pequeño pero con detalles cuidados, y lo que prima es la cocina de Luis Moreno y Daniel Ochoa, que en esta última ocasión nos deleitaron con platos tal y como el “Cremoso de cabra con hierbas silvestres” (sabor riquísimo), el “Cochinillo frito con cerezas y levístico” (muy suave) y un postre para enmarcar: “Cuscús de brócoli y cilantro” (sabores asiáticos integrados a la perfección con el dulce).
Asimismo, maridajes interesantes (por 25-30€) de vinos ecológicos y alguna gran sorpresa como el “Zellberg- L’Hermitage 2016”, buenísimo.
Local, por tanto, con una gran personalidad y un estilo definido, que merece sin duda la pena conocer. Ideal para comer en fin de semana y aprovechar luego para pasear por los jardines de San Lorenzo del Escorial.
