Se trata del local en el que originalmente Yong Ping Zhang, más conocido como “Julio”, comenzó a crear sus locuras de fusión gastronómica. En su momento era simplemente un bar de barrio en el que el chef te daba de comer lo que considerase más conveniente en ese momento.
Dicho concepto maduró y creció, convirtiéndose en el Soy Kitchen actual, ubicado en un elegante local en la calle Zurbano. Y en la localización antigua crearon el actual Lamian by Soy Kitchen.
Lamian tiene una sala informal en la que probar cocina fusión, con una carta corta pero atractiva y en la que te recomendamos que te dejes aconsejar por los camareros.
Entre los platos que más nos gustaron: el “Wanton en mano de dragón” (sabor delicioso, para repetir). Correcta la “Sinfonía de Udon en dos texturas”. Y en cambio, el “Ceviche de corvina” nos decepcionó.
Por tanto, carta con altibajos aunque a precios moderados y local al que merece la pena ir en plan informal, aunque no confundir con el actual “Soy Kitchen” ya que, a pesar de que Julio siga dirigiéndolo, no tienen nada que ver.