Se trata del tercer restaurante abierto en Madrid por Paco Quirós (tras Cañadío y La Maruca, y precediendo a La Primera) donde, en un ambiente elegante y muy cuidado, despliega su recetario de cocina de mercado bien elaborada.

Destaca la sala con distintos ambientes: un comedor a la izquierda de estilo nórdico, con mesas altas y mesas corridas de madera; dentro, un comedor algo más formal; y por último, una barra de mármol muy atractiva para ir sin reserva.

En nuestra última visita probamos su imprescindible “Colinabo asado con migas de centollo y su jugo” (¡combinación de sabores espectacular!), el “Arroz con sepia guisado en su tinta” (de sabor muy intenso), el “Lomo de rape asado a la parrilla con verduras de temporada” (producto perfecto, lástima que la salsa no dejase apreciar el rape) y un “Helado de queso con frutos rojos” (derretido y escaso).

En definitiva: sala con encanto, carta con platos muy variados y apetecibles, aunque con sabores demasiado intensos para nuestro gusto. Servicio muy profesional y precios elevados.