En la avenida Tibidabo, junto a espectaculares palacetes, nos encontramos con el Hotel de 5 Estrellas “Gran Lujo ABaC”, en el que se ubica el restaurante del mismo nombre, dirigido por el mediático chef Jordi Cruz.
Hemos de decir que, pese a nuestras ganas por conocerlo, nos llevamos una decepción y creemos, en nuestra opinión, que no estaba al nivel de un 3 Estrellas Michelín, especialmente cuando lo comparamos con otros que ofrecen una experiencia mucho más completa.

Esta comenzó invitándonos a esperar (sin que en nuestro caso nos ofreciesen ninguna bebida) en un jardín poco espectacular. Posteriormente, nos llevaron de forma ajetreada a la cocina, donde prácticamente nos avasallaron con 5 aperitivos y en donde (según nos explicó la sumiller) quieren mostrarte el barullo, cosa que no sentimos ya que la cocina no parecía estar en demasiado movimiento en ese momento, pero a nosotros sí nos metieron prisa.

Posteriormente nos condujeron a uno de los salones, muy pequeño, con mesas cercanas y a las que las daba el sol. Cuentan con otro salón que creemos es algo más adecuado, pero no nos pudieron recolocar.
A continuación elegimos entre los dos menús: uno de sus clásicos (por 180€) y otro más largo basado en temporada (por 210€). Elegimos este último, e incluimos la opción de maridaje, lo que resultaría en una cuenta total de 340€ por persona, cifra que hubiésemos pagado satisfechos (a pesar de que obviamente es un precio alto) si hubiésemos disfrutado, como lo hicimos en Enigma, Quique Dacosta, El Celler de Can Roca, DiverXO o Martín Berasategui (por poner algunos ejemplos), pero que tras la insulsa experiencia en ABaC nos dolió, más aún cuando les comentamos que no habíamos quedado satisfechos y su respuesta fue nula.


Los platos del menú fueron correctos pero sin que ninguno destacase. Los efectos que usa ya no sorprenden (el helio, la vela que luego se come…) y algunas de las elaboraciones no estaban a la altura: el “Pan relleno de queso Comté” de un gran tamaño no acorde con un menú de este estilo, el “Falso risotto de cebolla” con un sabor a carbonara nada original, el ya manido pichón cuya pieza además estaba demasiado pasada, o la “Gamba roja” cocinada de forma sencilla y sin ningún realce de sabor.


Aparte, un servicio al que no veíamos entusiasmado ni implicado en la experiencia y que parecía más bien movido por frases mecánicas.


En conjunto, un 3 Estrellas que realmente creemos que se merecería 2, un menú con buena técnica aunque sin sorpresas y un Jordi Cruz ausente. Nada recomendable, por tanto, teniendo además en cuenta la amplísima oferta existente en Barcelona.
PUNTUACIÓN: 7,15
- Restaurante: ABaC
- Dirección: Av. del Tibidabo, 1, 08022 Barcelona